Fye

Una despedida llena de temor,
tras cerrar la puerta suspiró.

Recuerda una lejana historia,
tres personas, una incolora.

Siente el mismo dolor extraño,
esa angustia de hace unos años.

Siente el mismo patrón de sucesos,
ese deseo de detenerlo.

Recuerda una triste historia de amor,
teme su repetición.

Una espera llena de ansias,
tras las horas, llegó la calma.
Fye


  
  Veo cómo suele sentarse en las escaleras, en la cama, en cualquier sitio e intenta olvidar personas, sentimientos, situaciones, lugares.
  Veo cómo va a la cocina y se prepara algo caliente para despejarse; cómo se concentra en tareas que requieren un mínimo de atención; cómo trata de alejarse de aquello que no quiere mantener en su memoria.
  Veo un reflejo de sí interactuar con otros, mientras su yo verdadero se encierra en su interior.
  Intento hablarle y, algunas veces, me escucha. Logra reflexionar y se asoma al exterior.
  Veo cómo camina, cómo se relaciona con grupos de gente conocida; cómo se esfuerza por mantener la calma; cómo reprime las ganas de correr.
  Veo cómo se desdobla y deja de entender cuanto la rodea. Sólo escucha fragmentos de conversaciones; sólo recuerda fragmentos de situaciones. Sigue hablando, pero ya no sabe del todo lo que dice.
  Veo cómo se derrumba al final del día, agotada.
  Sin embargo, cada día la veo un poco menos aislada.