Fye
Escrito el 15/4

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Ella tiene diversas formas de tomarme. Casi todas las mañanas no me presta atención alguna, sino que bebe apresurada para sentirse más despierta. Hoy, sin embargo, la noto diferente. Son las 11.23, un horario inusual para llamarme, y me prepara con muchísima energía; "Cansancio" no es la razón. Vierte el agua restante, mezcla el contenido y me lleva a su lugar de trabajo. Dando un suspiro, se aferra a la taza. Sus manos parecen débiles a pesar de la fuerza con la que sujeta la vasija. Dos segundos, tres, cuatro, quince, treinta y dos... Da el primer sorbo fijando sus ojos en mí ¿Tristeza? ¿Preocupación? Hay algo más que eso, un ingrediente que no logro descubrir por mucho que la observe. Por lo general, su mirada me dice todo lo necesario para entregarle lo que desea, desde una simple sensación de calidez hasta la de un abrazo de esos que tanto le gustan y poco recibe. No la pongo en papel de pobre chica, la verdad es que los rechaza en muchas ocasiones, nunca me contó el porqué aunque creo saberlo. De todas formas, eso no viene al caso.
Esta vez, me está llevando un buen tiempo descubrir qué le sucede. Cada vez que deja la taza sobre la mesa, siento cómo tiembla por dentro mientras reprime miles de suspiros. Se rehúsa completamente a responder mis preguntas, manteniendo un silencio absoluto como si intentara alejarme a pesar de haberme llamado. Sé que no es cierto gracias a la poca cantidad de mí que toma en cada trago, incluso sintiéndome ya frío sigue bebiendo. Tengo que cambiar mi objeto de búsqueda, veré su entorno. Observo cómo reacciona a los olores, a los ruidos, a las personas que pasan... ¡Eso es! Casi la tengo, hubo una pequeña reacción al ver a alguien. Una vez más me vuelvo hacia ella, sus pensamientos son como el mar cuando está picado, emergen como olas y colisionan contra rocas que sólo hacen todo el proceso un poco más doloroso. Entiendo la razón, puedo calmarla a pesar de saber a tierra mojada. "No les hagas caso, no los conoces, que no te afecte. Quienes realmente te importan sí te valoran, sí te toman en serio."


¿Su razón? Un sentimiento: "Humillación".